Una
Doctora que inyecta alegría
Kim- Kalla en una actividad benéfica. |
Kim- Kalla es una payasa
que aflora lo sentimental que Ayerim no puede ser. Asoma su ternura entre
juegos calmados mediante la música, le gusta jugar dándoles masajes a los
padres en la espalda para que se relajen un poco y hacer reír a los niños.
ASTRID CAROLINA ESTRADA
Después de una semana estresante trabajando
como Gerente Administrativo de una empresa de comercio Internacional, levantarse
un sábado tempranito, no es muy fácil, sin embargo cuando llegas a un hospital con
ropa de colores y una nariz de payaso la energía se transforma. Te encuentras
con tu niño interno y lo haces florecer sin prejuicios, sin discriminación y
rodeado de gente que está feliz de hacer lo mismo y de gente agradecida por
brindarle un panorama de felicidad a un montón de pacientes. Así describe la
payasita de hospital Ayerim Valera, la experiencia de ser un Doctor Yaso.
Con 25 años de edad Ayerim intenta sacar la
licenciatura en Comercio exterior. Desde muy pequeña ha estado vinculada con
actividades sociales, participó en un grupo católico donde más allá de seguir
doctrinas religiosas lo hacía para asistir a labores sociales como visitas a
asilos, casas de niños sin padres y programas como Misión Lázaro que consiste
en repartir comida navideña a personas en situación de calle.
Doctor Yaso, es: "Una Asociación Civil Sin Fines de Lucro, cuyo propósito es aliviar el
sufrimiento de niñas, niños y adolescentes hospitalizados a nivel nacional, así
como contribuir a la humanización hospitalaria y aportar al desarrollo social,
a través de la risa, el humor y la fantasía, generada con actividades lúdicas
basadas en la técnica Clown (Payaso), siempre respetando el estado del
niño, niña y adolescente, los deseos de la familia y el entorno hospitalario".
La espera
Doctor
Yaso llegó a su vida por un amigo que fue casi fundador de la asociación. La
iniciativa la enamoró de inmediato y enseguida envió un correo diciendo que quería participar, pero para ese
momento había muchísima gente como ella esperando. Recibió respuesta muy pronto
donde le decían que debía tener paciencia, pero la paciencia se convirtió en
tres años de espera, sin embargo nunca dejo de esperar.
Un día recibió la anhelada respuesta, un
correo en donde le preguntaban que si aún estaba interesada en ser parte de la
organización, para entonces habían abierto un nuevo taller de formación y
tenían cupo. Lamentablemente Ayerim se encontraba fuera del país y no pudo
asistir.
Era increíble que cuando por fin había
llegado la oportunidad de participar y brindar alegría, ella no podría ir. Pero
cuando las cosas se quieren con el corazón, nada es imposible. Luego del viaje
Ayerim consiguió hacer el taller, después de tanto tiempo de espera, empezaba a
transitar por el camino de la felicidad.
Ayerim es una persona que siempre está de
buen humor, es dulce, carismática y vive bromeando constantemente. Para ella no
hay mejor remedio que la risa para curar un corazón. No existe en el mundo,
algo comparado con vestirse de payaso para ayudar a los niños que viven una
realidad hospitalaria que limita las actividades que normalmente deberían hacer
como jugar y divertirse.
La labor
Ayerim Valera y Maria Valera en el Hospital Perez Carreño |
La misión de un payaso de
hospital es ayudar al paciente a olvidar la situación hospitalaria en la que se
encuentra, es ayudar a sanar a través de la risa, de los juegos, además de
apoyar un poco al médico real y hacerle ver al niño que los doctores no son
personas malas sino alguien divertido que quiere ayudarlo a recuperarse.
Consiste en ayudar a las enfermeras a través del juego a que el niño pueda
comer, o dejarse colocar algún tratamiento, además no sólo se enfocan en los
niños, sino en esos padres que de cierta manera padecen y se agotan junto al
paciente, en general es hacer pasar a todos un rato divertido lleno de juegos y
alegría.
En su primera visita Ayerim
estaba tan emocionada con el tema de la ropa que se vistió de todos los
colores, llegó al Hospital Perez Carreño donde la recibieron los Doctores Yaso
más viejos con muchos collares, pelucas, sombreros y antifaces, Ayerim se puso
todo lo que encontró y cuando salió le dijeron entre risas que parecía una
quincalla. Desde ahí fue bautizada como la Doctora Yaso Kim- Kalla.
Por un poco más de un año, la
doctora Kalla ha estado repartiendo alegría de hospital en hospital. Las
visitas son por lo general dos veces por semana, es un trabajo de voluntariado
al que asistes cuando tu tiempo lo permite. Lamentablemente para la payasita
Kim, por miles de labores de la vida cotidiana, no puede ir a tantas visitas
como quisiera, pero dice que cuando va y sale de allí, siente que
recuperó un millardo de energías, y pasa el fin de semana feliz recordando lo
divertido y depurador que fue.
Anécdota
La payasita relata que los
niños son tan auténticos que siempre la hacen reír con sus ocurrencias. En una
ocasión visitó con otro compañero, a un niño que se alegró mucho al ver que
habían regresado los "payasitos", le dijeron: ¿Ah es que tú ya nos
conoces?, y empezaron a crear un ambiente de juego con él, él les dijo que sí,
que el tenia tanto tiempo en el hospital que ya los había visto antes, que
tenía mucho tiempo porque aún los doctores no sabían que tenía, para ellos fue
bien fuerte escuchar eso. Sin embargo trataron de cambiar un poco el panorama y
le dijeron que cuál canción él se sabía, que la cantara para ellos aprenderla.
El niño les dijo que tenía tanto tiempo sin escuchar alguna que ya no se sabía
ninguna, pero que él iba a inventarla, empezaron ambos payasos a
"rapear" mientras él cantaba algo como: "Me pico un zancudo que
tenía mucha hambre y yo estaba tan rico que creo que me dio dengue dengue"
y de esta forma fue haciendo algo divertido de aquello que presuntamente
padecía. Los payasitos salieron de esa habitación asombrados, dándose cuenta
que no importa lo que tengas, o que tan grande sea tu problema, mientras tengas
una actitud positiva todo será más fácil de manejar, y que cualquier problema comparado con los de los
demás es mínimo”.
La experiencia
Kim- Kalla y sus compañeros doctores. |
Ser un Doctor Yaso es un
regalo que cada paciente le da al payaso de hospital, Kim- Kalla asegura que
sería payasita hasta que la vida se lo permita. Si es por ella hasta que sea
una viejita. Ser un payaso de hospital se convierte en parte de tu razón de
ser, aprendes a amarlo, y cuando uno ama algo no quiere que deje de ser parte
de su vida. La gente puede pensar que ellos van y sólo regalan alegría a esos
niños, pero la realidad es que salen de cada visita más feliz que ellos, ya que
los niños son tan auténticos y espontáneos que no saben con que locura te van a
salir. Para ella es súper gratificante ver alegría en sus caras, ver que en un lugar donde solo hay
agujas, doctores y dolores, llega alguien vestido como doctor pero con muchos
colores y muchas ganas de jugar que hace su mejor esfuerzo desde ese niño que
todos llevamos dentro para conectarse con el paciente y hacer que se olvide un
ratico del porque está hospitalizado”.
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