miércoles, 17 de junio de 2009

Mercedes Pulido expone el libro de su vida

“Lo importante es decir que sí a todo, pues siempre se puede decir luego que no; en cambio, si dices que no, cierras las puertas”
Mercedes Pulido expone el libro de su vida

Senadora por Caracas, presidenta de la juna directiva de UNICEF, directora de la revista SIC, docente, Subsecretaria general adjunta de la ONU, Ministra de la Familia, Ministra de la Mujer, madre de familia, y para usted de contar, son parte de las atribuciones que forman a nuestra entrevistada: Mercedes Pulido, quien nos abre hoy una ventana relatando experiencias y compartiendo pensamientos de su vida íntima.
1.¿Cuál ha sido su experiencia más enriquecedora?
Todas. La más enriquecedora es la familia, eso es un misterio. Mi esposo y yo vamos a cumplir 40 años de casados y pienso que es un misterio. Con la revista SIC fue fascinante la capacidad de transmisión, reflexión y creo que es una referencia en el país: no valoramos la importancia del conocimiento acumulado. Para mí fue una experiencia formar parte de una organización religiosa porque implica el cómo comparte y se diferencia el laico y el religioso en la vida y, a la vez, se complementan en un mundo futuro. Con respecto a UNICEF: la visión del mundo en una época muy dura, la de los encuentros de orfanatos en Rumania, el uso de niños como guerrilleros y el problema de las hambrunas. Eso te demuestra que no es sólo el tener buenas ideas sino la capacidad de convocar un voluntariado de ejecución. Yo diría que en todas hay una marca, sigue habiendo intercambio y tengo curiosidad de ver cómo las cosas siguen.

3.Se puede decir que, como psicóloga social especializada en psicología pedagógica social, ha abarcado todos los esquemas profesionales. ¿Alguna vez sintió que le faltaba alguna meta por realizar?
Faltan muchas metas. Unas que esperábamos y otras que no. Se logró insistir en la necesidad del vínculo entre la investigación y la posibilidad de crear oportunidades, pero hay vacíos. Lo que nos ha faltado es la articulación con la sociedad civil, que lo iniciamos en el Ministerio de la Familia, pero debimos haber llegado a una situación más estable en la toma de decisiones pues siempre las políticas sociales acaban siendo clientelistas del momento, y eso es una frustración.

4.¿Qué se sintió lograr la aprobación de la reforma del código civil sobre los derechos de la familia?
Sentí que era parte de un caminar donde podíamos hacer el vínculo de la mesa de tres patas. Primero la movilización de las organizaciones de la familia. Segundo, involucrar el conocimiento de las universidades, especialmente en investigación; y tercero, involucrar el factor político de negociación, demostrar que al tener un objetivo compartido, se pueden lograr grandes decisiones por unanimidad.

5.Ha ejercido la docencia desde 1968, ¿podría decir que es esta una de sus pasiones?
¡Por supuesto! Creo que es un espacio de creación hacia afuera y a la vez de uno mismo porque constantemente se es cuestionado y se tiene la posibilidad de cuestionar. La docencia para mí es una realización, una vocación de disfrute en poder descubrir la condición humana.

6.¿Qué fue lo más resaltante durante su experiencia como Subsecretaria General Adjunta ante la ONU?
La diversidad y la posibilidad de introducir realmente un liderazgo de transformación, no sólo de respuesta a las necesidades sino de anticipación a los cambios; uno de ellos fue enfrentar el trabajo infantil, la violencia familiar, el hacer conciencia de la esclavitud, la justicia de paz. Hicimos un gran esfuerzo por involucrar la política social en las decisiones económicas/políticas, especialmente porque estábamos saliendo de la descolonización y había necesidad de aceptar que los países tienen diferentes historias y culturas. Fue una visión de la importancia que tienen la integridad y transparencia en la negociación de diferencias: el gran esfuerzo en los conflictos étnicos en África y, sobre todo, el desarrollo de oportunidades económicas para las mujeres, que para la época fue como un terremoto.

7.¿En algún momento se ha consideró feminista?
Sí, en la afirmación de la mujer como persona y precisamente, uno de los puntos centrales en la reforma del código civil que hicimos en Venezuela, era la igualdad de todos los hijos, pues lo importante no es la relación de pareja en la familia sino la afirmación de la persona y, en el campo de la mujer, era la patria potestad compartida: se puede dejar de ser marido y mujer, pero no se deja de ser padre y madre. Otro elemento importante es que debemos dejar de ser mediadoras pues pocas veces pensamos en nosotras. Creo que ese ha sido uno de los puntos más importantes de los últimos tiempos. A mí me enorgullece que la cancillera alemana, Angela Merkel, aparezca con su marido como Obama aparece con su mujer. Ya ese elemento de diferenciación en la estructura de poder no se debe al género sino a los estilos del actuar.
Ver http://www.eluniversal.com/2006/04/24/97a8_art_24A697453.shtml

9.¿Cree que sus actuaciones como Ministra de la Mujer la impulsaron a ser Ministra de la Familia en 1994?
Cada paso es una meta sin dejar de ser un paso. Es probable que del campo de los derechos de la mujer, sobretodo en los sociales, se abriera espacio para otros campos. Cada meta dejó sentada la estructura de economía popular, la educativa a través de Fudayacucho, el trabajo de las drogas, del Instituto Nacional del Menor y la descentralización, que fue un paso muy importante porque es parte de lo que el país quiere: expresar sus diferencias.

10.¿Cree que la maternidad influyó en su desenvolvimiento profesional?
La familia ha sido el eje de todo y las cosas se combinan en la medida en que tengas un proyecto común que implique sentido común. Se es madre cuando se tiene que ser madre y los hijos deben aprender de los adultos para poderse manejar en la vida. Sé que gran parte de la seguridad que ellos tienen en la escogencia de sus proyectos reside en haber tenido capacidad de escoger.

11.¿Prefiere los momentos activos, los de tranquilidad o un balance de ambos?
Es la contradicción del se humano: cuando estamos demasiados tranquilos decimos ¿qué pasa? y al estar demasiado activos anhelamos la tranquilidad.

12.¿Cuáles son sus autores favoritos:
Fernando Savater, José Antonio Marina, Jorge Volpi. En Venezuela, Ana Teresa Torres; Juan Carlos Rey en el campo académico/jurídico. Tienes un buen modelaje con Brezo Echenique, también en Europa, uno que para mí fue compañero/profesor: Eric Fromm. Tengo tendencia a leer aquello que ilustre sentimientos de cambios en el mundo.

13.¿Tiene preferencia por algún libro en particular?
Hay un libro que me lleva mucho a la reflexión: “Las Sombras ocultas de la izquierda” de Bernard-Henri Levy. Señala cómo la justificación y la racionalización hacen que perdamos el norte. ¡Y la historia!, Ferguson es uno de mis favoritos.

14.¿Fue difícil enfrentarse a retos profesionales y cumplir a la vez el rol de madre de familia?
Primero está el compromiso con uno mismo de querer hacer la diferencia y segundo, plantearse cuál es la prioridad en la vida. Para mí la prioridad es el ser humano y, la familia, es su centro. Dentro de esos conjuntos hay que buscar los elementos que te permiten crecer como persona. Lo importante es decir que sí a todo, pues siempre se puede decir luego que no; en cambio, si dices que no, cierras las puertas.

15.¿Cómo es su actividad familiar hoy en día?
No sólo participo en las obras de mis hijos, sino que las sufro. Todos los utensilios de sus trabajos se encuentran en mi casa y no hay manera de poner orden. Vivo la robótica de José Rafael; cada vez que el menor manda un elemento tecnológico pasamos tres meses descubriendo qué es; sufro la biología de mi hija porque también sus experimentos acaban en casa y, sufro la economía política de mi otra hija que es una excelente crítica de todos nosotros. Mi marido tiene la capacidad de aceptar lo que no comprende y de cuestionar lo que no le gusta. Hoy en día están también mis nietos. La importancia de los abuelos no radica en la obligación de imponer la disciplina, sino en la de comprender. Somos además imprescindibles como referencia de historia. La otra cosa que les quiero decir es: pregúntense qué quieren en la vida… puedes no tener respuestas, pero sí tienes todas las respuestas a lo que no quieres. Yo, lo que no quería era estar descontenta conmigo misma y, en los nietos, te quieres encontrar tú.

16.¿Cuál es su visión de la juventud?
La visión de un inmigrante: llegan a un país y se paran ante lo desconocido tratando de comprender y adaptarse, se vive totalmente pero se sigue siendo inmigrante. Creo que la juventud es eso: descubrir un mundo en el que los padres tenemos que acompañarlos y entender que no necesariamente va a parecerse al nuestro.

17.¿Qué hace en su tiempo libre?
Rompecabezas, costura: hice el vestido de novia de mis dos hija, peleamos por los gustos pero acabamos entendiéndonos. Me gusta escuchar música pero sobre todo leer, cosa que es muy difícil porque nadie respeta tu tiempo.

18.¿Hacia qué estilo de música se inclina?
Me gusta mucho la música de Vivaldi, del medioevo y la música latinoamericana romántica, los boleros que fueron parte de uno.

19.¿Y en cine?
No me gustan la violencia. Aprecio grandes películas de cuestionamiento y me gustan las biográficas. Creo que las biografías nos enseñan mucho porque muestran los criterios del ser humano, que siempre son diferentes.

20.Si tuviese que transmitir un mensaje en una palabra, ¿cuál sería?
Esperanza

“Estoy comprometido a seguir hasta el final”


Desde que nació en la soleada ciudad de Puerto la Cruz, hasta que empezó su lucha con un “tamborcito” en las manos, el actual Concejal Metropolitano, Freddy Guevara Cortez, no ha parado de soñar en salvar al mundo y hoy más que nunca, a su país.


Anyelitz Yánez



Tu mamá dijo que eres artista desde pequeño

(Risas) Mi mamá si es chismosa. De pequeño actuaba en las obras del colegio, como todo niño hace, pero tampoco un “artista”.

¿Y en qué creías o soñabas?

Soñaba con salvar al mundo. Veía demasiadas comiquitas, era adicto a ellas, entonces siempre imaginaba que estaba en un grupo que trabajaba por la justicia y por la paz. En mis juegos siempre había un peligro, una bomba, un meteorito, algo que destruía al mundo y yo siempre lo salvaba, quizás de ahí me viene mi compromiso con mi país. Mi mamá decía que tenía sensibilidad social, me gustaban las ONG, el tema del planeta, leía sobre ellos pero no hacía nada como tal.

¿En que momento pasaste de la teoría a la práctica?

Cuando comencé la universidad un grupo estaba lanzando una plancha para el centro de estudiantes en donde Geraldine Álvarez era la presidenta. A mí eso no me interesaba, pero a través de la novia de mi mejor amigo que estaba metida me preguntaron que si me sabía un nombre fino en esperanto para ponerle…

¿Hablas esperanto?

Hubo una época que me dio por leer en esperanto y aprendí a hablar 0.2%. No sé, me provocó.

Entonces…

Bueno, me preguntaron eso, empezamos a hablar y me dijeron que si quería ser el secretario, yo les dije que era muy desordenado y que no me gustaba eso de los centros de estudiantes porque no hacen mucho, me dijeron “métete para cambiarlo” y me metí. Le agarré cariño a la campaña, me gustó mucho hablar con la gente y por alguna razón me empezaron a llamar el político. Lo que pasa es que luego de la campaña me metí en un grupo que se llama Cambio, en el que trabajábamos en política nacional, por eso fue lo de político. Mientras estuve en el centro se montó una protesta simbólica de 36 horas de ayuno, por la Ley Orgánica de Educación, yo estaba participando y salió por todos los medios, causó impacto y como que ahí le agarré el gusto a la cuestión, pensé que se podía hacer algo. Luego vino la muerte de los hermanos Faddoul, la tranca de la universidad y la marcha al Ministerio de Interior y Justicia y me di cuenta de la importancia y el poder que tienen los jóvenes, porque trancamos la calle, marchamos sin permisos y no nos pasó nada, hasta el Ministro nos recibió. Luego vino acuéstate por la vida y la campaña presidencial. En esto trabajé mucho con Cambio, estaba ya en el mundo de la política pero no me sentía político como tal. Me postulé al Consejo Universitario ofreciendo la “resistencia nacional” ¿qué loco yo verdad?. Esto empezó a cambiar por un profesor de la universidad, Francisco Coello, que nos daba política y me di cuenta que no era mala, sino una forma de cambiar la realidad. Comprendí que no eran solo las marchas y las protestas, no sólo era Chávez, sino el problema del país en general. Luego me lancé como presidente al centro de estudiantes con mi equipo, Convicción, y finalmente como Concejal Metropolitano asumiendo que los cambios los tiene que hacer uno.

Creo que fueron tres etapas: cuando no me importaba, cuando me empezó a importar y cuando me interesó como tal y que esto es un ciclo ¿en qué sentido?, uno se da cuenta que hay problemas y decide trabajar para cambiarlos, si lo logras genera poder, el poder genera responsabilidad, si logras superar esta responsabilidad te genera más poder y más responsabilidad y así es el círculo. Esa frase no es mía sino del abuelo de Peter Parker (Spiderman) que antes de morir le dijo: “Peter, un gran poder conlleva a una gran responsabilidad” y es así.

Como vocero, como líder, ¿cómo te sentiste? ¿Cómo se sintió tu familia?

Era la responsabilidad que teníamos. Nunca sentí que era mi momento ni el “tipo”, simplemente que tenía una responsabilidad con mi país. Yo no tengo miedo escénico, entonces me dijeron: Freddy habla, y hablé y a la gente le gustó. Ser vocero fue mi responsabilidad en ese momento. Mi familia al principio me decía fuera cauteloso, que tuviera cuidado, la preocupación de cualquier padre con un hijo en el Movimiento Estudiantil, luego cuando se dieron cuenta que estaba metido de cabeza el. susto fue mayor. Pero yo sé, lo he asumido muy ligth, es muy lindo que la gente te salude, te abrace, te de palabras de aliento, pero nunca se me olvida que aquí ha habido mil candidatos presidenciales desde que está Chávez, los petroleros de PDVSA, los Militares de Altamira, los de la CTV, a Rosales, a todos al principio los querían y después los odiaban. Si nosotros no hubiésemos ganado la reforma estoy seguro que hubiesen dicho que nos vendimos, que nos utilizaron, por eso no me considero un héroe de la patria y eso me ha ayudado a tener los pies en la tierra.

¿La Reforma?

Sentía miedo por el país. Siempre me preguntan si sentí miedo y claro que sí, pero es inferior al miedo de perder al país si uno no hace nada. Nosotros asumíamos que íbamos a perder y nuestra preocupación era cómo íbamos a hacer para llevar después la bandera de lucha. Había miedo porque nos empezaron a cercar más y nos reprimían, había confusión, pero también había mucha madurez en el discurso. Yo ahora que estoy en la política formal me he dado cuenta que había mucha más discusión política de profundidad en el Movimiento Estudiantil que en los partidos políticos actuales. Debatíamos sobre qué es la libertad, sobre los riesgos, sobre la responsabilidad que teníamos como líderes frente a los jóvenes, las amenazas de muerte, si valía la pena arriesgarse o no, unos debates ideológicos gigantescos, que yo no he visto dentro de los partidos políticos de oposición. Creo que lo manejamos bien, que había muchos sentimientos y que sabíamos que lo teníamos que hacer porque no quedaba de otra.

¿Pero cómo transmitir o hacer que la gente se sumara a esta lucha?

Yo creo que no hay nada mejor que hablar con lo que uno cree. Hay una máxima de la vocería que dice que no tienes que decir lo que sientes sino sentir lo que dices, esto puede ser hasta manipulador, pero creo que nosotros todo lo que decíamos lo sentíamos de verdad y lo que sentíamos también lo decíamos, eran las dos cosas. Creo que la gente nos escuchaba y se identificaban, había una empatía. Pero en momento en que están en juego los valores fundamentales, que no son unas elecciones sino cosas mínimas, la libertad de expresión, el derecho de poder protestar, ahí hay un solo discurso porque hay un valor, un derecho y un principio.

Ganas como Concejal y pasa lo de la Alcaldía Mayor, ¿qué sentiste?

Frustración, dolor, molestia, impotencia, decepción, pero también asumir que uno está aquí para esto, para recibir los palos, para aguantar, pero para devolverlos defendiendo tus derechos. Yo estoy comprometido a seguir hasta el final, es ser libres o esclavos, no hay más nada. Mi objetivo no es tumbar a Chávez, es transformar a Venezuela, ver como cambiar y transformarle la vida a la gente, a un país. Sí hay herramientas para transformar la realidad, lo que hay es que montarse y hacerlo y es lo que estoy decidido hacer. Creo sinceramente que todo lo que hacemos para mejorar no lo para nadie, esto en realidad es una revolución que ha ocurrido en la mente de todo el que está aquí y que ha hecho despertar a una sociedad venezolana.

Una lección bien aprendida

En la marcha de los próceres cuando era un chamo, iba de primero con un tamborcito y nos lanzaron unas bombas, mi mamá se desmayó, yo me tiré al suelo y dije: me morí. De repente pasó un tipo inmune gritando: párense que las bombas no matan. Así es el país, aunque te pongan trabas, aunque traten de detenerte, tienes que seguir y luchar por lo que crees.

Un poco más…

Yo chiquito era hipocondríaco y me salía un chichón y decía: mamá tengo un tumor, me salía una picada: mamá tengo cáncer de piel. Se me quitó después pero me quedó un poquito. Estaba en México cuando explotó la gripe porcina y cuando llegué dije: voy a contagiar a todo el mundo, voy a ser el culpable de que se muera la mitad de Venezuela y aparte el gobierno me va a echar la culpa a mí. Además empecé a estornudar y me puse una cuarentena autoimpuesta. Al final no tenía nada y gracias a Dios no fue culpa mía que llegara al país.

“La depresión es una moda”

Víctor Álvarez Riccio

Son los medios de comunicación promotores de expectativas irreales en la gente

Es Licenciada en Psicología, egresada de la Universidad Católica Andrés Bello de Venezuela. Se desempeña como docente y terapeuta. Forma parte de la Asociación Mundial de Psicoanálisis y ha aportado al oficio con varios escritos y programas gremiales para perfeccionar formas de tratamiento. Es también Premio Monte Ávila de Poesía para Autores Inéditos el cuál le fue dado por su poemario Pasos Cortos. Ha ejercido la profesión de psicoanalista durante 21 años. Se llama Ruth Hernández.

—¿Cómo evalúa el ejercicio del psicoanálisis en Venezuela?

—Como agremiada no me tocaría hablar mal. Somos los guías espirituales de estos tiempos, ya desde hace mucho. La gente abandonó la iglesia y el confesionario para entrar en nuestros saloncitos de terapia. ¿Qué opino yo del ejercicio de la profesión en Venezuela?, no puedo englobar a todos mis colegas, sin embargo, siento que hay mucho de aprovechamiento. Es una cuestión que es forzada por la situación cotidiana. Conozco más de un caso, y no daré nombres, pero esos psicoanalistas alargan los procesos de lo que podríamos llamar curación y es que los que vienen a nosotros son gente bastante afectable, y es inevitable que el estar en la sala de terapia se les vuelva una experiencia de catarsis, sin embargo, no es nuestra labor sacarle reales a la gente. Yo me siento satisfecha cuando, sintiéndome consciente de que el paciente ha superado el problema por el que vino a mí, caiga en cuenta que ya no me necesita. A veces es incluso una cuestión menos romántica de lo que pueda sonarte. Por decírtelo, y no hay estadísticas oficiales, pues estamos muy atrasados en ese aspecto, sin embargo, yo tengo una llegada recurrente de niñas y también varones, aunque te sorprenda lo segundo, con problemas alimenticios como bulimia y anorexia, y algunos de ellos están en una precaria situación en lo referente a su salud. Quizá alguno de los daños que puedan hacerse resulten irreparables en el cuerpo de dichas personas, entonces, ¿cómo es posible que algunos del oficio se limiten al simple monitoreo y al recetar pastillas y calmantes?, no, nuestra labor puede ser tan vital como la de un cirujano, y hay que tener un inmenso sentido de profesionalidad. Una sesión de psicoanálisis no debe ser una habladera de paja que termine en una receta.

—¿Qué debe ser el psicoanálisis?

—Primero, debe ser una cuestión muy matemática. Es algo de escuela, y es necesario tomarlo en cuenta, las formas que unen nodos en el proceso, sumar los números y sacar cuentas: sí de verdad quieres orientar a la gente desde un punto de vista objetivo para que por lo menos dejen de hacer de su cotidianidad un abismo debes mostrarles la auténtica dimensión de las cosas, y demostrarles que sus expectativas frustradas quizá estaban muy sobreestimadas, y es esa condición la fuente de muchas depresiones.

—¿Es la depresión lo que llega con más recurrencia a tu consulta?

—La depresión es una moda en la profesión y en el imaginario colectivo y las casas farmacéuticas no podrían ser más felices, porque, y volvemos al inicio, la falta de profesionalidad en muchas consultas resulta en diagnósticos encasillados que llevan la etiqueta de depresión: una pastilla y a la cama. La depresión, es desde mi punto de vista un significante que encierra muchas cosas como frustraciones, fracasos laborales o amorosos, desapegos, desilusión, desengaños, vamos, todo aquello que signifique alguna disonancia cognitiva fortísima, entonces, ¿qué debemos hacer?, ¿drogarlos para que ignoren sus problemas?, sólo en casos clínicamente muy graves yo apoyo esa moción. Lo que la gente tiene es, como mencioné, expectativas frustradas. Por ejemplo, la híper-sexualidad de los códigos actuales predisponen a la gente a expectativas amorosas muy altas. Las factibles carencias en el ejercicio de la sexualidad los arroja en un estado de decepción, pero muchas veces en verdad no tienen auténticos problemas, y como yo he concluido tratando problemas de pareja: el porcentaje mayor de los problemas y decepciones tienen su origen en influencias externas, no en las auténticas condiciones de la pareja. Pero, en otras cuestiones, incluso las expectativas más normales no son satisfechas, por eso el boom de mi oficio.

—¿Cómo se valoran esas expectativas normales?, ¿en que punto determinas la gravedad de la situación?

—Primero, determinar la fortaleza del sujeto. Si está saludable y no se auto-flagela, ya para mí es territorio seguro. Ahora, yo en los años 80 viajé con un grupo de colegas a Rusia, en periodos de plenos cambios políticos, y procuramos hacer ejercicios de psicoanálisis, en ingles, no pienses que hablo ruso, y sorprendentemente fueron muy productivos, y lo que concluimos fue que los cambios y la liberalización habían echo a la gente esperar mucho más de lo nuevo, y otros tantos estaban desengañados. Sin embargo, y a lo que quiero llegar, es que las carencias reales aún se sentían y con muchísima fuerza, entonces, era normal que la gente se presentase abatida. Ocurre lo mismo en Venezuela, pero mi profesión es muy burguesa, no todos tienen la capacidad de pagar y los que vienen a mí son personas con condiciones de vida aceptables, entonces, ¿qué los aqueja?, problemas de pareja, incomodidad en el trabajo o frustración por no ganar tanto como querían, y lo que yo procuro es relativizarlo, hacerles ver que no es tan grave e incluso tienen salidas reales. Son tan pocos los casos con problemas realmente graves y esos incluso pueden llegar a afectarme personalmente.

—¿De dónde sacan esas expectativas?

—Sonará comunista, pero de los medios principalmente.

—¿En qué nivel pueden afectar al psicoanalista?

—Casos hay como arroz, y la mayoría los tratamos como cosa de todos los días, pero te hablo de mi experiencia personal. Ocurrió el caso de una niña que yo atendí que había perdido a sus padres y vivía con sus tíos. Para esa época mi hija tenía la misma edad y no pude evitar sentir empatía, y eso no debe ocurrir, porque la profesión implica que yo como terapeuta dejo de ser sujeto y ejerzo mi rol de forma plena, y trato al paciente como un objeto, viendo las aristas de su problema y buscándole salida, pero ocurren ocasiones en las que es inevitable que me involucre. Muy pocos, pero ocurre.

—¿Cómo influencia ser de tu profesión para la vida cotidiana?

—No entiendo.

—¿Analizas a todo el mundo que conoces?

—Ah, no, claro que no. El análisis es un proceso largo. Lo único que podría hacer es filtrar comportamientos por alguna plantilla de clasificación pero poco más, lo que sí ocurre es que la psicología es como un dogma, es una ciencia social y busca explicar a los individuos, al explicar a los individuos terminas categorizando a mucha gente y cambiando tu propia forma de ser. Es como si uno fuese comunista: todo lo pasas por ese coladero, y eso no es precisamente malo, sencillamente tienes un punto de vista quizá más esquematizado de la vida.

—Y a tu familia, ¿la tratas?

—Mi niña está en constante monitoreo.

—Sobre tu producción artística, ¿cómo se relaciona con tu trabajo profesional?

—Es cosa del poder de la palabra, en el que creo firmemente, y se relaciona, por ejemplo, en terapias en las que yo invito a mis pacientes a escribir algo de su propia inspiración, y la verdad es una pendejada, pero es cuestión de símbolos, y personas que pocas veces han pensado en escribir cualquier cosa lo hace e inmediatamente se les ve más libres, quizá algo emocionados, porque dentro de su angustia están creando y entonces no se sienten tan decaídos, y yo aplico este principio en mí misma.
Luis Chataing nos habla sobre la Gira Nacional
“Así sea encaramado en un árbol, voy a seguir presentando mi monólogo”
Un peligroso accidente y la prohibición de su monólogo en la cadena Venetur, representan un cambio en la vida del locutor Luis Chataing, quien asegura que, a pesar de los obstáculos y dificultades, mantendrá su compromiso social de ofrecer a los venezolanos el acontecer diario con un toque de humor.

Hay accidentes que nos cambian la vida. Luis Chataing asegura que haber estado tan cerca de la muerte le sirvió para desacelerar su ritmo de vida, tomarse las cosas con calma, y disfrutar de cada actividad que realiza.

El accidente, ¿marcó un antes y un después en la vida de Luís Chataing?
Sí, claro. Definitivamente, porque yo vivo muy acelerado. Siempre estoy de un lado para el otro, o estoy escribiendo cosas, o mortificado por lo que está pasando en el país. Siempre ando con la adrenalina a millón y este accidente en el que no me maté de milagro el (duda)

16 de febrero: Mi cumpleaños
¿Viste? Fue una manera de llamar tu atención (risas)

Totalmente
¿Lo logré?

Sí, claro. Y me llevé un gran susto también.
(Risas) Bueno, sí me hizo tomarme las cosas un poquito más con calma, disfrutar un poco más del día a día y reenfocar mi tiempo para cosas que realmente valgan la pena. Entonces, hoy día trato de ser un poco más certero con las actividades que realizo, hacerlas más productivas y aprovechar el tiempo que Dios nos ha dado sobre la faz de la tierra.

En el monólogo mencionas que esta gira nacional que realizas con este show es una suerte de agradecimiento al público por el apoyo recibido en esos momentos tan duros luego del accidente. ¿Cómo sentiste ese apoyo del público durante esa etapa tan dificil?
Mira, fue maravilloso. Yo tengo 17 años en esto y uno cae en el tema de la rutina; acostumbrarse, todos los días venir a hacer el programa de radio, luego salir a hacer el monólogo. Es un proceso, como todo: el arquitecto, el estudiante, todos vivimos rutina, y sin darnos cuenta podemos caer en esa costumbre.
El que de pronto haya hecho esta parada tremenda y haya sentido la cantidad de mensajes de texto, de llamadas de personas con las que tenía años sin hablar, te hace sentir, te recuerda que uno significa algo para otras personas.
Uno se da cuenta del buen trabajo que está haciendo para con otra gente, y le das un valor muy especial a esa conexión que tienes con tu público. Por eso cuando salgo al escenario le agradezco a la gente por el apoyo que me dieron, su preocupación, sus palabras deseándome que me mejorara. Fue para mi un momento muy especial. Es como hacer un corte “pa’ que te acuerdes” de que tienes gente allá afuera que te quiere y gente a la que tú quieres. Es como reorganizar la relación de nuevo.

En una entrevista, leí que quieres desligarte del tema de la política. Trabajas con ese tema en tu programa de radio de las mañanas, lo has manejado durante mucho tiempo en muchas de las cosas que haces ¿Crees que es posible que te desligues de ese tema?
No, no. Cuando me senté a escribir el monólogo en diciembre, fue un ejercicio profesional que quise hacer. Si ya tengo la oportunidad, los canales para hablar, pues déjame hacer un ejercicio en el cual pueda escribir algo que no tenga nada que ver con política.
Para mi profesionalmente es un reto, porque yo comencé así, escribiendo temas completamente apolíticos. Cuando empecé a hacer radio, busqué que mi programa fuera como un aísle de tantos programas de opinión, y que la gente me escuchara como para desligarse un poquito. Pero hoy en día mi compromiso con el país y con las cosas que a todos nos afectan me obliga a tocar ese tipo de temas.
Porque hay algo que yo detesto, aunque lo respeto, es esto de otros colegas del medio: “yo no hablo de política, porque yo me debo a todo mi público”. O sea, en mi manera de ver, esto no es un momento para eso, es un momento para que cada quien, sea cual sea su opinión, respalde a la gente que tanto está sufriendo y tan cuesta arriba lo tienen. Entonces, definitivamente el monólogo, si bien no es un monólogo de corte político, tiene un 10% de comentarios que tienen que ver con las cosas que nos suceden.

Quedó claro que el tema de la política es algo que manejas, que trabajas. ¿ Es algo intencional o el contexto te ha llevado a hacerlo?
Completamente intencional. Yo soy un venezolano que viajo por el mundo y hago trabajos afuera, pero vivo 24 horas al día pendiente de lo que está pasando en mi país, indignado por los atropellos que se viven en Venezuela, sorprendido por la capacidad de resistencia que tiene el venezolano, y cada día mi trabajo se acerca mucho más a eso. Un comunicador social tiene que ser socialmente responsable, y ser socialmente responsable es estar en conexión con la gente que está allá fuera. Uno no puede estar encerrado en una cabina, y pretender que todo es Elton Jhon, y Metállica, y “ay, Cristina Aguilera se rompió un pié”, ¿qué clase de bobería es esa?. Para mi, la oportunidad de hablarle al país entero mediante un micrófono, a través del humor que creo que ese es mi fórmula, significa llamar la atención sobre temas que a todos nos atañen.

En un ejemplo puntual, me pasó que oí en tu programa un hecho del cual no tenía conocimiento, y luego me motivé a informarme sobre el tema. Indiscutiblemente estás llegando al punto de informar. ¿Qué te parece eso? ¿Tu fin principal es informar?
Yo no tengo una meta prefijada de qué es lo que quiero hacer con mi carrera, pero sí siento que el día de hoy lo que intento es informar a la gente. En los Estados Unidos hay un programa que se llama Daily Show, que es un noticiero que, a través del humor, acerca a la gente, sobre todo gente joven, a lo que está pasando en los Estados Unidos y en el mundo. Y es lo que sucede. La verdad es que la realidad es tan fuerte, tan densa, que hay personas que hasta sienten como un poco de rechazo a leer el periódico, a prender los noticieros. Pero a través del humor logran reconciliarse con la información, y enterarse de las cosas que suceden.
Entonces uno puede reír un poco de su propia tragedia, pero a la vez estar informado y sentirse motivado, como hiciste tú, a luego tocar la fuente original de lo que está pasando. Para mi es un privilegio y es un arte esto de que a través del humor se pueda traducir la realidad noticiosa del país.
El éxito. ¿Suerte o trabajo?
No es suerte. Es trabajo, es determinación, es constancia, es enfrentar cosas que otros por miedo no podrían enfrentar. Las grandes corporaciones, el propio gobierno, siempre va a haber alguien que te diga que no se puede hacer, que no va a funcionar. Lo más importante para tener éxito en lo que quiera que hagas es creer en uno mismo, y yo creo mucho en mi, y gracias a Dios he contado con la suerte de que las cosas que me gustan, o las cosas en las que creo, coinciden con la mayor parte de la audiencia que tengo. Si no fuera así, pues yo no sería capaz de traicionarme a mi mismo con tal de tener un tanto de audiencia, y a esto me estoy refiriendo si un ejecutivo se te acerca, y te dice: “Mira, el programa funcionaría un poquito mejor si metieras a dos muchachas en bikini”, tipo “Bienvenidos”, “Cheverísimo”, porque eso es lo que se usa, el reggaetón y tal, pero no estaría contento. Yo hago esto, primero que nada por mi, por una necesidad que tengo de comunicar y luego pues buscando la coincidencia con la gente que me escucha, pero esa es mi suerte, en realidad.



El monólogo fue cancelado en Maracay. ¿Qué opinas de eso?
Me parece mal, me parece terrible. No lo prohibieron solo en Maracay, sino en todos los hoteles pertenecientes a la cadena de Venetur, que es la Corporación de Turismo Nacional. Yo soy un hombre que paga sus impuestos al día, y que vive en esta tierra que supuestamente hoy es de “todos”, y si es de “todos” pues también debería ser mía, porque yo nací aquí.
Me parece fatal este hecho porque es otro nuevo atentado contra la libertad de expresión, otra manera de tocarle la carita al pueblo, a ver cómo va a reaccionar y el pueblo no reacciona. Es una injusticia tremenda, pero es una provocación fantástica a mi creatividad. Así sea montado, encaramado en la copa de un árbol yo voy a seguir presentando mi monólogo, voy a seguir haciendo mi programa de radio hasta que pueda. Cuando deje de hacerlo, porque seguramente en algún momento nos confiscarán ese derecho, entonces nos reuniremos en una plaza o en un estacionamiento de algún centro comercial todos los días, entre 6pm y 9pm, para ver qué es lo que está pasando en Venezuela.

Ping Pong:
Arquitectura
: Mi papá
Reny Otolina: Maestro
Descansar viendo TV: Imposible
Memorizar un guión: Posible
Ni tan tarde: Uy, Ni tan tarde. La época de Oro para Érika y para mi.
Cucarachas: Miedo
Un color: Negro
Un día de la semana: Sábado
Un momento memorable: Uy! El 11 de abril del 2002
Érika de la Vega: Mi media naranja profesional
Ya es ½ día en China: Mi carta de presentación a Latinoamérica.
Ricardo Arjona: Aaa.. Deysi Arvelo
Oposición: Esperanza de un futuro mejor.
Un país para vivir: Venezuela
Venezuela: Un país para vivir
Ser padre: Meta pendiente.
Marisé Pérez

Explorando las capacidades creativas de Leo Campos

Su hija Carlota ha dado un vuelco positivo en la vida del escritor

Explorando las capacidades creativas de Leo Campos

El fundador de la revista Plátanoverde nos habla de cómo ha sido su vida y sus planes a futuro

Leo Felipe Campos se ha mudado veintitrés veces. Nació en Puerto Ordaz y tener una sola casa en donde vivir no ha sido una constante en sus 30 años de edad, sin embargo, la presencia de su madre ha sido inmutable en su vida. Con ella vivió gran parte de esas dos docenas de cambios y él creció protegido de la adversidad junto a ella.

Leo se acostumbró a una mudanza cada dos o tres meses. Los problemas económicos siempre lo movieron a él y a su mamá. Eso despertó en él una conciencia del dinero. Leo dice que “lo único que me gustaría llevarme son mis libros”. Ya no le importaba “empezar desde cero porque siempre lo hacíamos”.

Él y su madre atravesaron por diversos problemas económicos pero Leo se enorgullece del excelente trabajo que ella hizo para criarlo. “Tuve una infancia feliz y una adolescencia con muchos tropiezos, pero yo era un chamo que contaba con el apoyo materno”.

Leo habla de sus mudanzas y de sus creaciones en su sitio web www.mijaragual.com

En 1996 es la primera vez que se muda a Caracas, a una “residencia con unos panas” en la urbanización El Paraíso para estudiar Comunicación Social en la UCAB. “Escogí la carrera porque quería irme de Puerto Ordaz”. “Mi infancia la pasé en Caracas y por eso conocía la ciudad”.

Su mamá financió la universidad por un tiempo, y luego él tuvo que hacerse cargo de cubrir los gastos por sí mismo. Pasantías y asistencias en el área de de producción de cine le otorgaban un ingreso de “aproximadamente dos salarios mínimos y con eso me bandeaba”.

En sus tiempos libres Leo hacía teatro. Su meta era ser actor. Sin embargo, tuvo que dejar el hobbie por falta de tiempo ya que comenzó a trabajar en RCTV como redactor de deportes. “Yo de pequeño jugaba mucho fútbol y futbolito. Tengo pasión por los deportes y yo, ¿un muchacho de pueblo que trabaja en la televisión? Mis familiares decían que me había vuelto famoso. A mí me daba igual”. “Necesitaba el dinero y si lo podía obtener con algo que me gustase, me iba bien”.

¿Qué opinas de la situación política que vive el país?

La situación política en Venezuela siempre ha sido la misma, algunas veces más agudas que otras. “La politiquería a mi no me gustaba (o no me gustaba, quizás ahora lo entienda un poquito)” sin embargo, pienso que hay que ser consecuente en lo que se desea. “Mira, en el oficio noticioso de RCTV aprendí a resolver sobre la marcha, a trabajar y sobre todo a no dormir”. Leo Campos comenta que en el 2002 presentó al comité directivo del canal un proyecto de reportaje del mundial de fútbol Korea-Japón en el que se transmitirían micros deportivos desde el exterior. Todo estaba casi listo pero el golpe de Estado (“yo sí digo que fue un golpe”) del 13 de abril, desconfiguró todo en el canal. Los Círculos Bolivarianos rodearon las adyacencias del lugar, los trabajadores en las oficinas estábamos nerviosos y nos comía la incertidumbre.

Todo esto no hizo más que evidenciar las pésimas medidas de contingencia por parte de la empresa para con sus trabajadores ya que no había planes de emergencia y de evacuación de los trabajadores ni garantías de nada. “Y obviamente nuestro proyecto del mundial se quedó en el aire”. Leo recapitula y señala que este preámbulo era para explicar que después de ese episodio, se reunieron los camarógrafos, redactores, productores y demás miembros del equipo de RCTV para exigir respeto por parte de los directivos, y que luego de varias conversaciones le fue aprobada su idea. “A eso me refiero con ser consecuente”.

A pesar de la situación política de un país, se debe tratar de siempre lograr que uno quiere por los medios correctos”. Finalmente el trabajo se completó y logró entrevistar en Madrid, Barcelona, Roma y Milán a las estrellas del fútbol como Roberto Carlo, Figo transmitiendo ocho micros durante el mundial. “Desde el punto de vista periodístico creo que en Venezuela se hacía por primera vez una entrevista reporteril de esa forma con el logo del canal en TV nacional fuera del país”.

¿Cómo fue el proceso de la fundación de la revista Plátanoverde?

Para ese momento estaba sucediendo el paro y al segundo día de decretado, decidí renunciar a RCTV. A partir de allí mi vena artística comenzó a brotar. Me di cuenta que el periodismo informativo había desgastado y “me reuní con unos locos publicitas”, y de esa unión surgió Plátanoverde.

La revista nació desde dos preguntas: “¿Se hacen o no se hace cosas en Caracas?” “¿Qué pasa con los grandes medios que no cubren lo que sucede?”. Decidimos entonces ofrecer una alternativa de lectura contemporánea hecha en casa para los jóvenes.

¿Qué significó para ti ese proceso?

“Fue una etapa de mucha experimentación y crecimiento personal”. A mí me preocupaban los costos pero a mis amigos no, sólo me decían que “yo estaba allí para pensar”. Tuve contacto con mucha gente que estaba a la vanguardia de sus ramos artísticos. “Como dije anteriormente, la experimentación fue lo que siempre nos caracterizó como grupo, y todos estábamos en sintonía”.

Con Plátanoverde en la escena cultural de Caracas se logró un nombre. Inclusive logramos un evento como “Por el medio de la calle” que ya lleva tres ediciones anuales, que recoge todas las manifestaciones que se podían leer en las revistas y al que asiste un promedio de 15.000 personas.

Significó para mí, y para muchos de sus lectores, una propuesta editorial de vanguardia. Sabemos que “no era ultra novedosa” pero sí intentábamos realizar una alternativa de lectura menos formal pero con mucha más profundidad.

Plátanoverde no ha tenido nuevas ediciones. Ahora junto a otros amigos hemos dado paso a una nueva revista llamada Pura Ficción 2021 y de corte más literario.

Leo y el trabajo

“Soy un freak del trabajo”. Sobre todo cuando se trataba de plátano verde. Lo único en lo que pensaba era en artículos para la revista, en su producción y en todo lo relacionado a ella, claro, pero mi trabajo era divertido. Se trataba de asistir a todos los conciertos, a todos los simposios de diseño gráfico, de literatura, a exposiciones fotográficas.

Yo he tratado de hacer un trabajo que me satisfaga como persona pero me he vuelto más auto-exigente como persona o quizás, un tanto cínico. Leo Campos comenta entre risas que él hace trabajos que de manera tal que le hinchen el ego. “Deseo ser reconocido en el medio de mi ramo y que sea reconocido por su buena calidad”.

La paternidad

Su otra pasión, más fuerte que la del fútbol, es su hija de siete meses Carlota. “Es súper difícil de describir qué significa tener un hijo: es una alegría inmensa”. Mi hija nace 5 meses después de que muere mi madre. A partir de eso, comencé a descubrir sensaciones que antes no sabía que existían. Sensaciones que sólo te das cuenta cuando tienes un hijo”. No puedo evitar caer en un lugar común al hablar de Carlota. Es simplemente maravilloso. Leo dedica una sección en su sitio web a su "tesoro" y también una entrada titulada nena.

La madre de Carlota se llama Verónica Ruiz del Vizo, es editora de la Revista Ojo, y la conocí durante la época de Plátanoverde porque ella estaba buscando en la revista, antes de ser la editora de la suya. Tener un hijo viene atado a una serie de responsabilidades que te hace ver las cosas desde otra perspectiva. Antes de conocer a Verónica, mis noches las dedicaba “acabar el trapo”. Es decir, salía a todas las fiestas y hacía desastres, ahora hasta tengo dieciocho meses sin ir a la playa. Pienso que uno va perdiendo esa valentía, esas habilidades, en verdad uno va creciendo.

¿Qué planes tienes ahora?

Ya fui actor, ya fui asistente dirección, ya fui editor de una revista y ahora quiero ser escritor. No tengo ningún apuro y podría pasan 20 años. Quizás publicar tres o cuatro novelas. He conocido a muchas personas y sé lo difícil que puede ser vivir de tu obra narrativa, sin embargo, esa es mi ambición, a mi no me gusta perder así que seguiré explorando mis capacidades creativas.

Ahora estoy planificando un taller de periodismo en el que yo seré el facilitador: “Por mis propios medios” será un curso para enseñar a los estudiantes a ver el periodismo desde otro ángulo, a profundizar y a investigar.

Johanna Marghella F.