miércoles, 17 de junio de 2009

Luis Chataing nos habla sobre la Gira Nacional
“Así sea encaramado en un árbol, voy a seguir presentando mi monólogo”
Un peligroso accidente y la prohibición de su monólogo en la cadena Venetur, representan un cambio en la vida del locutor Luis Chataing, quien asegura que, a pesar de los obstáculos y dificultades, mantendrá su compromiso social de ofrecer a los venezolanos el acontecer diario con un toque de humor.

Hay accidentes que nos cambian la vida. Luis Chataing asegura que haber estado tan cerca de la muerte le sirvió para desacelerar su ritmo de vida, tomarse las cosas con calma, y disfrutar de cada actividad que realiza.

El accidente, ¿marcó un antes y un después en la vida de Luís Chataing?
Sí, claro. Definitivamente, porque yo vivo muy acelerado. Siempre estoy de un lado para el otro, o estoy escribiendo cosas, o mortificado por lo que está pasando en el país. Siempre ando con la adrenalina a millón y este accidente en el que no me maté de milagro el (duda)

16 de febrero: Mi cumpleaños
¿Viste? Fue una manera de llamar tu atención (risas)

Totalmente
¿Lo logré?

Sí, claro. Y me llevé un gran susto también.
(Risas) Bueno, sí me hizo tomarme las cosas un poquito más con calma, disfrutar un poco más del día a día y reenfocar mi tiempo para cosas que realmente valgan la pena. Entonces, hoy día trato de ser un poco más certero con las actividades que realizo, hacerlas más productivas y aprovechar el tiempo que Dios nos ha dado sobre la faz de la tierra.

En el monólogo mencionas que esta gira nacional que realizas con este show es una suerte de agradecimiento al público por el apoyo recibido en esos momentos tan duros luego del accidente. ¿Cómo sentiste ese apoyo del público durante esa etapa tan dificil?
Mira, fue maravilloso. Yo tengo 17 años en esto y uno cae en el tema de la rutina; acostumbrarse, todos los días venir a hacer el programa de radio, luego salir a hacer el monólogo. Es un proceso, como todo: el arquitecto, el estudiante, todos vivimos rutina, y sin darnos cuenta podemos caer en esa costumbre.
El que de pronto haya hecho esta parada tremenda y haya sentido la cantidad de mensajes de texto, de llamadas de personas con las que tenía años sin hablar, te hace sentir, te recuerda que uno significa algo para otras personas.
Uno se da cuenta del buen trabajo que está haciendo para con otra gente, y le das un valor muy especial a esa conexión que tienes con tu público. Por eso cuando salgo al escenario le agradezco a la gente por el apoyo que me dieron, su preocupación, sus palabras deseándome que me mejorara. Fue para mi un momento muy especial. Es como hacer un corte “pa’ que te acuerdes” de que tienes gente allá afuera que te quiere y gente a la que tú quieres. Es como reorganizar la relación de nuevo.

En una entrevista, leí que quieres desligarte del tema de la política. Trabajas con ese tema en tu programa de radio de las mañanas, lo has manejado durante mucho tiempo en muchas de las cosas que haces ¿Crees que es posible que te desligues de ese tema?
No, no. Cuando me senté a escribir el monólogo en diciembre, fue un ejercicio profesional que quise hacer. Si ya tengo la oportunidad, los canales para hablar, pues déjame hacer un ejercicio en el cual pueda escribir algo que no tenga nada que ver con política.
Para mi profesionalmente es un reto, porque yo comencé así, escribiendo temas completamente apolíticos. Cuando empecé a hacer radio, busqué que mi programa fuera como un aísle de tantos programas de opinión, y que la gente me escuchara como para desligarse un poquito. Pero hoy en día mi compromiso con el país y con las cosas que a todos nos afectan me obliga a tocar ese tipo de temas.
Porque hay algo que yo detesto, aunque lo respeto, es esto de otros colegas del medio: “yo no hablo de política, porque yo me debo a todo mi público”. O sea, en mi manera de ver, esto no es un momento para eso, es un momento para que cada quien, sea cual sea su opinión, respalde a la gente que tanto está sufriendo y tan cuesta arriba lo tienen. Entonces, definitivamente el monólogo, si bien no es un monólogo de corte político, tiene un 10% de comentarios que tienen que ver con las cosas que nos suceden.

Quedó claro que el tema de la política es algo que manejas, que trabajas. ¿ Es algo intencional o el contexto te ha llevado a hacerlo?
Completamente intencional. Yo soy un venezolano que viajo por el mundo y hago trabajos afuera, pero vivo 24 horas al día pendiente de lo que está pasando en mi país, indignado por los atropellos que se viven en Venezuela, sorprendido por la capacidad de resistencia que tiene el venezolano, y cada día mi trabajo se acerca mucho más a eso. Un comunicador social tiene que ser socialmente responsable, y ser socialmente responsable es estar en conexión con la gente que está allá fuera. Uno no puede estar encerrado en una cabina, y pretender que todo es Elton Jhon, y Metállica, y “ay, Cristina Aguilera se rompió un pié”, ¿qué clase de bobería es esa?. Para mi, la oportunidad de hablarle al país entero mediante un micrófono, a través del humor que creo que ese es mi fórmula, significa llamar la atención sobre temas que a todos nos atañen.

En un ejemplo puntual, me pasó que oí en tu programa un hecho del cual no tenía conocimiento, y luego me motivé a informarme sobre el tema. Indiscutiblemente estás llegando al punto de informar. ¿Qué te parece eso? ¿Tu fin principal es informar?
Yo no tengo una meta prefijada de qué es lo que quiero hacer con mi carrera, pero sí siento que el día de hoy lo que intento es informar a la gente. En los Estados Unidos hay un programa que se llama Daily Show, que es un noticiero que, a través del humor, acerca a la gente, sobre todo gente joven, a lo que está pasando en los Estados Unidos y en el mundo. Y es lo que sucede. La verdad es que la realidad es tan fuerte, tan densa, que hay personas que hasta sienten como un poco de rechazo a leer el periódico, a prender los noticieros. Pero a través del humor logran reconciliarse con la información, y enterarse de las cosas que suceden.
Entonces uno puede reír un poco de su propia tragedia, pero a la vez estar informado y sentirse motivado, como hiciste tú, a luego tocar la fuente original de lo que está pasando. Para mi es un privilegio y es un arte esto de que a través del humor se pueda traducir la realidad noticiosa del país.
El éxito. ¿Suerte o trabajo?
No es suerte. Es trabajo, es determinación, es constancia, es enfrentar cosas que otros por miedo no podrían enfrentar. Las grandes corporaciones, el propio gobierno, siempre va a haber alguien que te diga que no se puede hacer, que no va a funcionar. Lo más importante para tener éxito en lo que quiera que hagas es creer en uno mismo, y yo creo mucho en mi, y gracias a Dios he contado con la suerte de que las cosas que me gustan, o las cosas en las que creo, coinciden con la mayor parte de la audiencia que tengo. Si no fuera así, pues yo no sería capaz de traicionarme a mi mismo con tal de tener un tanto de audiencia, y a esto me estoy refiriendo si un ejecutivo se te acerca, y te dice: “Mira, el programa funcionaría un poquito mejor si metieras a dos muchachas en bikini”, tipo “Bienvenidos”, “Cheverísimo”, porque eso es lo que se usa, el reggaetón y tal, pero no estaría contento. Yo hago esto, primero que nada por mi, por una necesidad que tengo de comunicar y luego pues buscando la coincidencia con la gente que me escucha, pero esa es mi suerte, en realidad.



El monólogo fue cancelado en Maracay. ¿Qué opinas de eso?
Me parece mal, me parece terrible. No lo prohibieron solo en Maracay, sino en todos los hoteles pertenecientes a la cadena de Venetur, que es la Corporación de Turismo Nacional. Yo soy un hombre que paga sus impuestos al día, y que vive en esta tierra que supuestamente hoy es de “todos”, y si es de “todos” pues también debería ser mía, porque yo nací aquí.
Me parece fatal este hecho porque es otro nuevo atentado contra la libertad de expresión, otra manera de tocarle la carita al pueblo, a ver cómo va a reaccionar y el pueblo no reacciona. Es una injusticia tremenda, pero es una provocación fantástica a mi creatividad. Así sea montado, encaramado en la copa de un árbol yo voy a seguir presentando mi monólogo, voy a seguir haciendo mi programa de radio hasta que pueda. Cuando deje de hacerlo, porque seguramente en algún momento nos confiscarán ese derecho, entonces nos reuniremos en una plaza o en un estacionamiento de algún centro comercial todos los días, entre 6pm y 9pm, para ver qué es lo que está pasando en Venezuela.

Ping Pong:
Arquitectura
: Mi papá
Reny Otolina: Maestro
Descansar viendo TV: Imposible
Memorizar un guión: Posible
Ni tan tarde: Uy, Ni tan tarde. La época de Oro para Érika y para mi.
Cucarachas: Miedo
Un color: Negro
Un día de la semana: Sábado
Un momento memorable: Uy! El 11 de abril del 2002
Érika de la Vega: Mi media naranja profesional
Ya es ½ día en China: Mi carta de presentación a Latinoamérica.
Ricardo Arjona: Aaa.. Deysi Arvelo
Oposición: Esperanza de un futuro mejor.
Un país para vivir: Venezuela
Venezuela: Un país para vivir
Ser padre: Meta pendiente.
Marisé Pérez

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