Rosiry Flores Gómez
Padres de Obando Flores |
Hace
casi cincuenta años este pueblito oriental vio nacer a un ejemplo de lucha y de
constancia. Su madre biológica murió cuando Obandito
nació pero la vida le tenía una sorpresa, unos padres maravillosos, Simón y
Marina, quienes le enseñaron los valores de la honestidad, la bondad y le
brindaron una buena educación. Creció en una familia amorosa pero estricta con
ideales comunistas. Es el menor de tres hermanos, por tanto era víctima de
algunas travesuras. Su hermana mayor recuerda que cuando eran pequeños ella no
tenía bicicleta, quizás por cuestiones machistas de la época, pero Obando se la
prestaba. Ella daba una vuelta a la manzana y luego, él daba otra y así sucesivamente,
hasta que Adriana, encompinchada con unas amiguitas se llevaba la bicicleta de
su hermanito. Ella recuerda que siempre le hacía la misma jugarreta y él
siempre le decía que no se la volvería a prestar pero Adriana entre risas
afirma que siempre se la volvía a prestar.
Bajo
unos grandes lentes de pasta tipo nerd y con el cabello liso y negro con un
corte de totuma, siempre llevaba unos libros entre sus manos. El primer libro
que leyó fue “Crimen y castigo” de
Dostoievski. Desde pequeño le gustaba estudiar y se destacaba por sus buenas
calificaciones. Además, se desvivía por el arte literario y por un buen café
con leche con pan para desayunar o para acompañar sus lecturas. Quizás debió
ser escritor, estudiar letras o una carrera afín pero estudió ingeniería
mecánica.
De oriente a la capital
El
muchacho de San Tomé se trasladó hasta Caracas para emprender su carrera
universitaria en la Universidad Simón Bolívar o como le llamaban antes “La
Bolívar” aunque ahora es conocida como “La Simón”, y todo esto fue posible
gracias al esfuerzo y al apoyo de sus padres.
Graduación de ingeniero mecánico en la USB. |
En
el tercer año de carrera logró comprarse su primer carro, un Fiat 147 color
cremita. Lo compró con sus ahorros, aunque su papá lo ayudó en algo. Sus hijos
dicen que su padre siempre que ve un carrito igual recuerda cuando lo compró y
echa el cuento de algunas anécdotas de su vida universitaria. Ciertamente, lo
cuenta con nostalgia y con ganas de volver a estudiar. A
los cinco años se graduó de ingeniero mecánico y pasó a ser parte del preciado
grupo de egresados de la USB de allá de Sartenejas y volvió al Oriente del
país.
Regresó a su lugar de origen, entre San Tomé y El Tigre y estando recién graduado empezó a trabajar en lo que era Corpoven que luego pasó a ser llamado PDVSA. Lo trasladaron de San Tomé, a Anaco, de Anaco a Punta de Mata y de Punta de Mata a Maturín. Prestó diecisiete años de servicios hasta que encontró su nombre en una lista que fue publicada en un periódico para dar a conocer el despido masivo de aquellos trabajadores de PDVSA que se habían unido al paro nacional petrolero en diciembre del 2002. Venezuela atravesaba un clima político complicado que se dividía, y se sigue dividiendo, en los que estaban con Chávez y en los que estaban en contra de él. Eran momentos de angustia, de escasez de comida y de gasolina, de marchas todos los días y de incertidumbre.
Al
aparecer en aquella famosa lista de Tascón todas las puertas se les fueron
cerradas pero seguía luchando debido a que tenía tres hijos, unas morochas de
doce años y un varón de diez, a quien mantener y dar la misma educación que
tuvo él.
Los
tiempos de buena vida y lujos habían desaparecido en su totalidad, en ocasiones
hasta al punto de tener la nevera vacía pero siempre salía a trabajar, algunas
veces con entusiasmo y en otras con depresión. En esos momentos desaparecieron
los amigos.
Creó varias empresas para salir adelante con otros extrabajadores de PDVSA pero eran y siguen siendo tiempos muy difíciles en Venezuela. Muchos excompañeros de trabajo decidieron marcharse del país con el fin de buscar mejores oportunidades de empleo pero él siempre sintió un sentimiento de arraigo con su país, por tanto decidió quedarse en él, a pesar de haber tenido propuestas para trabajar en el exterior.
En ocasiones tuvo que trabajar en empresas prácticamente de incognito, debido a que sí la compañía tenía o aspiraba trabajar con el gobierno no debía tener en su personal algún empleado golpista, es decir, sí sabían que era escuálido y que había firmado era automáticamente despedido.
Transición al quehacer literario
Artículo sobre Fundurimare |
En
el 2009 nació Fundaurimare y luego Pezdeplata, una fundación cultural sin fines
de lucro en el estado Monagas y un papel literario, bajo la tutela de Rogelio
León, poeta monaguense, y un grupo de intelectuales de la región. La fundación
tiene como misión: "Desarrollar actividades dirigidas al estudio,
investigación, protección, promoción y divulgación de manifestaciones
socioculturales, como poesía, música, plástica, narrativa, folklore y otras
expresiones emergentes, en la comunidad oriental de Venezuela".
Entre los miembros fundadores se encuentran: Rogelio León, Obando Flores, Alcides Rojas, Freddy O´Rea Lanz, Aura Rosa Hernández, Gustavo Cruz Chávez, Angélica García, Enmanuel Mudarra, Juan Manuel Arcia.
Pezdeplata. |
“Pesadilla de un sueño”
Obando Flores en el bautizo de su libro. |
El director general del Gabinete Estadal Monagas del Mppc y coordinador regional de la Misión Cultura, Nómar Oporte, comentó que este libro, es uno de los textos ganadores del concurso nacional “Historias de Barrio Adentro”, promovido por el despacho cultural.
Obando Flores está dentro de Fundaurimare desde
su fundación y aunque se dedica al quehacer literario, su carrera en las artes
es muy corta si se le compara con su carrera como ingeniero.
“Personalmente dedicarme a las actividades
literarias ha significado un cambio de vida porque pasé de la rama técnica que
es la ingeniería a la actividad cultural que es otro mundo, la mayor
satisfacción es poder ver directamente lo que se hace, lo que se produce, y a
su vez todo lo que eso genera”.
Desde Sartenejas
Después de más de veinte años volvió a La Simón,
esta vez para hacer una maestría en Literatura Latinoamericana, y volver a
estudiar algo totalmente distinto a lo que una vez estudio en aquellos pasillos
y jardines de dicha universidad pero con la misma ilusión, y ahora con la
madurez de la edad afirma que si fuera adolescente otra vez no estudiaría
ingeniería. Por casualidades de la vida, en la misma universidad donde se
graduó como ingeniero es la misma donde está por culminar la maestría orientada
al quehacer literario.
Al mismo tiempo empezó a trabajar en el Diario 2001
del Bloque De Armas en el oeste de Caracas, donde aprendió mucho del “mejor
oficio del mundo” como decía El Gabo, es decir, el periodismo y actualmente
tiene una columna llamada “DesdeSartenejas” todos los sábados en el 2001.
No hay comentarios:
Publicar un comentario